Los chakras son vórtices energéticos ubicados en diferentes partes del cuerpo que se proyectan fuera de él dando lugar a los cuerpos sutiles.
Saber dónde están y para qué nos sirven es vital pues así será más fácil procurarlos y dinamizarlos (mantenerlos activos).
Hay chakras corporales y extra corporales (fuera del cuerpo) pero todos están en la línea vertical central que simétricamente divide al ser en dos.
Nos centraremos en los chakras corporales con los que conoceremos más de nosotr@s mism@s.
Los chakras tienen una relación con el sistema endocrino (glándulas) pues estos vórtices coinciden con la ubicación de glándulas vitales para el funcionamiento óptimo del cuerpo humano.
La energía fluye ascendentemente por lo que los chakras se numeran de la cadera hacia la cabeza del 1 al 7.
Cada chakra emite energía vibracional distinta y favorece al ser de diferentes maneras. Los atributos de cada chakra, se pueden convertir en objetivos de trabajo personal, espiritual y energético.
Mencionaré lo básico para comenzar a explorar energéticamente nuestro cuerpo físico.
En el centro de la base de la cadera, en el perineo, está el primer chakra que aporta principalmente, arraigo y seguridad.
El segundo está en el bajo vientre, aporta creatividad y merecimiento de placer-bienestar.
El tercero, ubicado en el vientre (plexo solar), nos recuerda nuestro poder y el uso de la voluntad (toma de decisiones).
Estos tres chakras son llamados, chakras terrenales, es aquí donde se centra nuestro trabajo en este plano, aquí hay un reflejo de nuestra personalidad que puede ser tan básica o elevada como la elijamos manifestar. Una personalidad terrenal se desborda en emociones, sensaciones y pensamientos fácilmente.
El cuarto, está en el centro del pecho a la altura del corazón, cuando este chakra está dinámico, fluye el amor incondicional y la compasión.
El quinto, está en el centro del cuello (garganta), éste activo, aporta facilidad en la expresión y la comunicación.
Estos dos, son como un puente de conexión con lo elevado. Este puente se va construyendo sólido cuando el ser aprende a dinamizar los chakras terrenales y los eleva aún más hacia el amor y la comunicación (expresamos lo que tenemos dentro).
El sexto se encuentra a la altura del entrecejo, dentro del cráneo justo donde hay glándulas vitales mencionando la pineal como importante para el tema energético y psíquico; el aporte es la intuición (ver más allá de lo que se ve), la conexión y el discernimiento.
El séptimo está en la coronilla de la cabeza y simboliza lo divino, lo elevado y la conexión con ese plano.
Conócete y descubre cómo fluye tu energía.
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